Nuestros estados de ánimo son como lentes, y a través de ellos observamos el mundo. Son diferentes aperturas al futuro y conforman la realidad en la que vivimos. Como ya hemos visto, las emociones son una respuesta a un evento determinado. Es imposible vivir fuera de la emoción porque somos seres intrínsecamente emocionales. Pese a que no podemos cambiar el hecho de habitar siempre en una emoción, lo que sí podemos hacer es observar la emoción, validarla, escuchar qué es lo que comunica y movernos adecuadamente. Si las escuchamos, tendremos la posibilidad de gestionarlas con el semáforo en verde, lo cual siempre traerá una respuesta adaptativa y eficiente, aun cuando se trate del miedo, la rabia o la tristeza, emociones que culturalmente solemos rechazar. Así como las emociones se relacionan con eventos concretos que gatillan determinada respuesta, existen también los estados de ánimo, que se manifiestan con independencia a los estímulos externos. Lo interesante de ellos es que los s